Cambiar creencias irracionales (las de otros, por supuesto ;-)

Las ideas y creencias son como virus. Se contagian entre personas, se instalan en nosotros, engañan a nuestro sistema inmunitario y generan sus propias defensas y blindajes para hacerse inexpugnables. A prueba de hechos y de intentos ajenos para cuestionarlas, de hecho muchas veces reforzadas por esos intentos.

Como coach, tengo un interés especial en la psicología de la creencia, ya que es la manera más profunda (y difícil) de cambiar (a uno mismo y a otros).

Reprogramar con el cliente sus creencias (autoimagen, creencias limitantes, ser vs. deber ser, diálogos interiores, modelos de relación aprendidos en la infancia, etc.) es uno de nuestros mayores retos.

Por eso recomiendo este interesante artículo de Marc Lorch en El País sobre cómo las personas adquirimos ciertas creencias (no necesariamente racionales) y sobre todo cómo las defendemos contra cualquier intento externo de cambiarlas. Algunas ideas:

  • Los hechos y los argumentos racionales no son muy eficaces a la hora de alterar las creencias de la gente. Especialmente si son enunciados por alguien que no nos ha provocado previamente emociones positivas.

  • Las personas tendemos a reconocer patrones y causalidad incluso donde no hay (por ejemplo las constelaciones de estrellas, las formas de animales en las nubes, la relación entre vacunas y autismo, comprar lotería donde ya ha tocado, etc.). Esto es un sesgo cognitivo y tiene que ver con nuestra necesidad de encontrar sentido a un mundo incomprensible y caótico.

  • Somos animales sociales, y es mucho más importante (desde un punto de vista evolutivo) nuestra posición en la sociedad que estar en lo cierto. En consecuencia, comparamos constantemente nuestras acciones y nuestras creencias con las de nuestros semejantes, y luego las cambiamos para que se ajusten a ellas. Esto significa que si nuestro grupo social cree algo, es más probable que sigamos al rebaño.
  •  El sesgo de confirmación, o la tendencia por la cual la gente busca y se cree los datos que apoyan su punto de vista, mientras que descarta los que no lo hacen. Todos lo sufrimos. Basta con que piense en la última vez que escuchó o vio un debate en la radio o en la televisión ¿Hasta qué punto le pareció convincente el argumento que iba en contra de su visión de las cosas en comparación con el que coincidía con ella?

Si quieres saber más, tenemos una conferencia «SorprendenteMente (o cómo tu mente te engaña)» en la que descubrimos y experimentamos en primera persona algunos de estos sesgos perceptivos, cognitivos, emocionales y sociales.

También hemos publicado diversos posts, por ejemplo éste sobre nuestros sesgos cognitivos más frecuentes o cómo perjudican nuestra toma de decisiones.

Para quien esté muy interesado, vuelvo a publicar una amplia y espectacular clasificación de sesgos.

Además, para pasar un rato entretenido y estimulante, recomiendo la película «Origen» o «Inception» sobre un ladrón / implantador de ideas mediante los sueños de otras personas. Es espectacular, enrevesada, onírica, sorprendente…

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