¿Cómo estás de autoestima?

¿Te cuesta admitir con naturalidad un halago? ¿Te sacrificas por los demás? ¿Te tomas personalmente las críticas? ¿Te comparas con otros? ¿Te importa el qué dirán? ¿Te preocupa fallar a otros? ¿Reaccionas mal ante los conflictos? ¿Te da verguenza mostrar tu cuerpo o tu forma de ser natural? ¿Necesitas demostrar/te constantemente lo bien que haces las cosas / tus éxitos / tus posesiones? Seguramente no has respondido que sí a todas las preguntas (espero) 😉 pero tal vez sí a alguna.

Son algunos casos reales de clientes, tanto de coaching ejecutivo como personal, en los que a menudo acaba saliendo la falta de una sana autoestima como raíz de muchos problemas.

Image result for autoestimaDe niños solemos tener una sana autoestima, que con las dificultades, las críticas ajenas, los fracasos, el desamor, un despido, la edad, etc. vamos perdiendo. Hasta el punto que muchas personas pueden hacer facilmente una lista de aspectos negativos sobre sí mismos, pero les cuesta reconocer sus virtudes, éxitos y aspectos valiosos.

¿Qué no es?

  • Image result for autoestimaUno de estos clientes (persona exitosa desde cualquier punto de vista… ajeno) reflexionaba que hay otros que van constantemente presumiento como si no tuvieran abuela. En realidad valorarse a sí mismo no tiene nada que ver con pavonearse o colgar todo el día fotos ideales en las redes sociales para buscar likes. Dime de que presumes…
  • Tampoco es autoestima el tener una visión idealizada de uno mismo y no reconocer los propios fallos y áreas de mejora.

¿De dónde sale y cómo mejorarla?

La autoestima no se crea ni se destruye de golpe, sino que es el resultado acumulado de:Image result for autoestima

  • Cómo nos tratan otros (sobre todo en la infancia, y en la inmadurez adulta)
  • Cómo nos tratamos a nosotros mismos, cuando nos damos cuenta de que nos corresponde tomar el timón de nuestra nave

En definitiva es algo que se puede entrenar. La teoría es fácil: TRÁTATE BIEN A TÍ MISMO, pero la práctica no tanto. A veces hay que reprogramar creencias subconscientes y antigüas, hábitos, etc., lo que no resulta fácil. Por ejemplo una cliente entraba en bucle: como tenía baja autoestima no se permitía hacer las cosas que en su juventud la hacían sentirse bien, ¡y encima luego se sentía culpable y frustrada por ello!

Para todos los que alguna vez podemos tener la autoestima baja, os invito a saborear los dos siguientes videos:

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