Despedir es un trabajo delicado

¿Has tenido que despedir alguna vez a alguien o te han despedido? A mí me han pasado las dos. No dimitir, no acabar un contrato temporal, no un ere, sino despedir a una persona en particular.

Me han despedido de las peores formas posibles y cuando he tenido que despedir he preparado la reunión a fondo para hacerlo lo mejor que he podido.

Es una de las situaciones potencialmente más duras en nuestra vida adulta, no sólo en lo material, sino sobre todo en lo psicológico. Dependiendo de cómo se haga, el impacto puede ser completamente distinto. 

Por eso en esta ocasión, vamos a cambiar del lado luminoso del desarrollo de personas a cómo terminar bien una relación laboral, a raíz de encontrar un artículo de Ramón Oliver en el País que todo directivo debería leer.

Algunas ideas:

  • Cualquier problema disciplinario o de desempeño con un trabajador debe estar suficientemente acreditado y documentado en las evaluaciones periódicas. “Un mando no puede exigir a la alta dirección que se desprenda de un colaborador sin más; tiene que apoyarse en evidencias”. Además, antes de llegar a la interrupción de la relación laboral, “el trabajador tiene derecho a que se le informe de lo que está haciendo mal y se le ofrezca ayuda para mejorar
  • “Entre un trabajador que lleva 30 años en la empresa y otro al que acaban de contratar se elige echar al más barato, sin pararse a pensar en cuál de ellos aporta más valor. Permitir que sigan en nómina personas negligentes o de bajo rendimiento crónico será algo que los empleados buenos tendrán muy en cuenta”
  • “El despido ha de ser siempre la última opción. Antes se han de buscar fórmulas de organización del trabajo que puedan impedirlo”
  • Hay que gestionar tanto la comunicación con el despedido como con los que se quedan. Para ellos también es un golpe, y da lugar a todo tipo de rumores y conductas defensivas.
  • Si el despido es inevitable, mejor hacerlo bien. Porque “despedir con justicia, profesionalidad y humanidad también es gestión del talento”
  • “Los despidos deben ser nítidos y concretos. Hay que dejar claro al trabajador para qué ha sido citado, explicarle las razones de su despido y darle información acerca de cuáles van a ser los próximos pasos

Para acabar con una sonrisa, aquí un desternillante sketch de José Mota:

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