España, ¿buena para vivir, mala para trabajar?

Muy oportuno artículo de José Luis Barbería sobre nuestra forma de entender (o quizás de no terminar de entender) el trabajo en España. Algunas reflexiones:

  • ¿Es sostenible un país que trabaja más que los de su entorno europeo pero produce mucho menos; que capta poquísimos talentos extranjeros y expulsa a decenas de miles de sus jóvenes bien formados?
  • España tiene una jornada laboral larga  (1699 horas anuales), poco fructífera y mal pagada y es uno de los países que menos duerme de Europa, con uno de los mayores niveles de estrés femenino y el que posee la mayor tasa de abandono escolar temprano. Su natalidad está entre las más bajas y su población es de las más envejecidas.
  • La consultora Reputation Institute recomendaba en 2012 vivir en España tanto como no invertir ahí
  • El informe estadístico de 2013 de la OCDE nos sitúa en el puesto 13º de productividad sobre un total de 30 países, al mismo nivel que Grecia e Italia
  • Un estudio del BBVA coloca a España a la cabeza de todo lo relativo a la sociabilidad: el número de amigos que declaramos, el tiempo de estancia en las calles y el consumo en los bares. Es un dato que considerar porque los españoles son también los que más contactan con los amigos y la familia en las redes sociales.
  • “En el trabajo no se separa lo personal de lo profesional, lo que da lugar a falsas lealtades y conflictos; tampoco se trabaja por objetivos, sino por cumplir y que te vean cumplir un horario laboral mastodóntico, disparatado con dos o más horas para comer. Por mediocres que sean, los jefes acostumbran a ser dios y no necesitan dar explicaciones. Solo aquí he oído eso de: ‘Se hace por mis cojones’. No se educa en el esfuerzo y la excelencia y todo el mundo es bilingüe hasta que tiene que demostrarlo. Seguimos en la cultura del pelotazo, la picaresca, los enchufes y la telebasura, que también influye en la manera colectiva de ver cómo ganarse la vida”
  • Un estudio de la consultora multinacional Regus asigna a España un índice de conciliación entre la vida laboral y personal de 97 puntos, contra una media global de 120, y establece que solo el 33% de los españoles considera satisfactorio el tiempo que dedica a su familia, frente al 60% de media mundial.
  • “El español duerme 53 minutos menos que la media europea y eso repercute en la productividad y la siniestralidad. Tampoco nuestros niños duermen lo necesario. En lugar de buscar la excelencia y la eficiencia en el trabajo, aplicamos una cultura presentista y tercermundista”

¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros para ir cambiando la cultura de nuestras organizaciones, hacia modelos más humanos y eficaces?

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