Thomas Bordage fue amenazado con una sanción disciplinaria si no abandonaba el «mal hábito» de quedarse 20 minutos de más en el trabajo. Ver noticia completa
En España el absentismo se ha reducido a la mitad con la crisis. De repente la gente ya no se pone enferma, ni tiene que hacer gestiones, supongo que por miedo a perder el puesto. Pero el «presentismo» abunda más que nunca: gente que está «de cuerpo presente» pero con la mente en otro lugar, o en la máquina de café, o mirando internet, o mandando mensajes, o haciendo trabajo improductivo, etc.
¡A ver si vamos generando una cultura en la que lo importante no es el tiempo de presencia, sino los resultados generados!