No cambiamos de opinión aunque nos demuestren que estamos equivocados

Imagen relacionadaFantástico artículo de Javier Salas en El País. Ya sabéis que tengo especial interés por los sesgos y fallos de la mente humana, como ya hemos comentado alguna vez. Algunos extractos:

  • Cada vez más estudios muestran las limitaciones de la razón humana. En ocasiones se ignoran los hechos porque no se adaptan a lo que pensamos. La verdad no siempre importa.
  • “Lo más probable es que las personas lleguen a las conclusiones a las que quieren llegar”, dejó escrito la psicóloga social Ziva Kunda al desarrollar la teoría del pensamiento motivado. La idea es sencilla: para defender nuestra visión del mundo, nuestro relato, vamos razonando inconscientemente, descartando unos datos y recogiendo otros, en la dirección que nos conviene hasta llegar a la conclusión que nos interesaba inicialmente.
  • A los políticos populistas les da igual que les desmientan: han colocado el mensaje, que se hable de lo que les interesa, fijando el marco de la conversación pública. Los investigadores consideran que no basta con el trabajo periodístico con los datos, sino que “para ser efectivo, los hechos deben integrarse en una narrativa con argumentación persuasiva” y “presentados por un político carismático”.
  • “Cuando se trata del bulo de un medicamento retirado o algo así, la gente te cree y lo agradece. Pero si les toca la patata, dejan de discernir entre opinión y datos. Si ya han elegido bando es más complicado sacarles del error”
  • Muchas de estas estratagemas están destinadas a escuchar al sujeto para aprovechar sus debilidades: a un empresario negacionista del cambio climático no le convencerás hablándole de la crecida de los mares, sino de oportunidades de negocios verdes. Por eso, un equipo de la Universidad de Queensland (Australia) ha acuñado el concepto de persuasión jiu jitsu, en referencia a ese arte marcial que usa contra el rival su propia fuerza. Por ejemplo, dejar que explique cómo funcionaría exactamente paso a paso su idea, para que vea sus flaquezas saliendo de su propia boca.
  • “Cuando se trata de temas científicos, la gente habla usando evidencias, cuando sus actitudes están motivadas por otra cosa. El divulgador tiene que resistir la tentación natural de debatir las ideas articuladas por el sujeto y en su lugar centrarse en su motivación oculta en la sombra”, explican. “Identifique la motivación subyacente, y luego adapte el mensaje para que se alinee con esa motivación”

Es recomendable leer aquí el original, con más ejemplos y experimentos.

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Ahora que lo pienso, el problema es que tenderé a ver la información que respalda mis creencias previas, así que no puedo fiarme de mi propia mente. 😉

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