Obediencia, integridad y un experimento aterrador

Tras la segunda guerra mundial los psicólogos se preguntaban cómo los soldados alemanes, gente a priori normal, educada, y amable con sus vecinos, habían sido capaces de obedecer las monstruosas órdenes que recibían en los campos de concentración.

Se preguntaban en qué medida la obediencia pesa más que nuestros principios morales, en otros colectivos, lugares y épocas. Para averiguarlo, en los años 60 Milgram y sus colegas llevaron a cabo un aterrador experimento.

¿Cuántos de tus conocidos serían capaces de administrar un electroshock que ellos creen mortal a un desconocido, simplemente porque una figura de autoridad les persuade a ello?

Di un %. A ver si aciertas. ¿10%? ¿30%? ¿50%? ¿90%?

Para ver una recreación moderna de este escalofriante experimento por uno de mis mentalistas favoritos, Derren Brown, aquí está el video.

Aquí un estupendo artículo de Borja Vilaseca que lo describe.

Parece que los principios morales de los que tanto presumimos duran muy poco en presencia de la autoridad.

En mi opinión estamos programados en la familia, la empresa y la sociedad para la obediencia, no para el pensamiento crítico y la integridad. Y nosotros lo transmitimos a nuestros hijos y colaboradores.

Pero todo cambio empieza por uno mismo. ¿Qué tal si cada uno nos atrevemos a ser la autoridad que guía nuestros actos, en vez de depender de otra externa?

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