La rueda del hamster
Ésta es la época en la que la mayoría de personas cambian de estilo de vida. Aparcan un trabajo que les disgusta y estresa todo el año y se gastan lo poco que han ahorrado en unas semanas para recuperarse, intentar compensar el ocio y la familia que han descuidado, y luego volver a empezar el ciclo.

¿Tiene sentido malgastar tu tiempo durante casi todo el año para malgastar tu dinero en unas cortas vacaciones?
¿Es factible repensar el modelo laboral que nos presentan como inevitable y vivir todo el año como si estuvieras de vacaciones?
Todo el mundo se fantasea con acertar la lotería o jubilarse y poder dedicarse a vivir. Evidentemente son autoengaños. Tienes más probabilidades de que te aplaste un meteorito a que te toque una fortuna en la lotería, y si pasara, los ganadores de lotería son estadísticamente más infelices que antes tras unos pocos años. O, cuando te jubiles, probablemente ya no tendrás la salud o compañía para hacer lo que ahora estás dejando de lado.
Cada vez más gente busca otras estrategias y alternativas. No todas son válidas para todo el mundo, pero quizás alguna te de ideas. Dependerá mucho de tus prioridades, etapa vital, ambiciones, etc. Comento algunas que he visto en ejemplos reales o experimentado personalmente:
Trabaja a distancia, desde donde te sientas bien
Tengo dos amigos que tienen apartamentos en la costa, y ya se han ido de Madrid. Volverán en septiembre u octubre. No es que tengan dos o tres meses de vacaciones, sino que pueden trabajar (al menos en parte) desde donde les gusta estar. Sin atascos, ruido y jaleo de la gran ciudad. Y cuando no están trabajando, comen una paella, van a pasear por la playa, están con amigos, o lo que les apetezca. O en casos más extremos, conozco varios nómadas digitales (programadores, marketing digital, financieros, etc.) que viven en cada momento donde les apetece. Sin ir tan lejos, puedes renegociar con tu empresa actual (o buscar otra) el tener más días de teletrabajo.
Trabaja para una empresa que mida tu aportación de valor por resultados, no por horario
Estos días he estado en casa (mejor dicho, chaletaco precioso en Chipre) de un conocido que trabaja como ingeniero para una gran empresa británica. Va a recoger a su hijo al colegio, hace deporte o la compra cuando quiere, se baña en su piscina… siempre que cumpla con las entregas de sus proyectos. Le pagan por resultados, no por presencialidad. Lo mismo si eres comercial, o cualquier otra profesión resultadista. Pero también puede hacerse en un trabajo más normal si tu empresa tiene un buen sistema de gestión del desempeño y la aportación de valor se mide por otros criterios, no por «presencialismo». Existen empresas así, pregunta al respecto en tus entrevistas de trabajo.
Trabaja en tu «ikigai»
Charlie Sinewan es un motero y youtuber que se dedica profesionalmente a viajar por el mundo. Vive haciendo lo que le gusta. Más modestamente, otros muchos trabajamos haciendo cosas que seguiríamos haciendo (tal vez a otro ritmo) aunque nos tocara la lotería. La clave es encontrar tu «ikigai», aquella actividad que cumple cuatro criterios: te gusta, se te da bien, la gente lo necesita y genera ingresos. Dejo más información sobre el concepto del «ikigai» en un vínculo al final del post.

Trabaja menos, simplifica tu vida, baja tu estrés
Una tendencia en el mundo laboral es el «slow life»: vivir más despacio, disfrutando más. No significa ser un vago, sino trabajar bien y productivamente pero dentro de un horario más limitado. Evidentemente, cobrando menos y perjudicando tu ascenso profesional; todo tiene un precio. Puedes pedir excedencias, tomarte un año sabático, pedir reducciones de jornada, renunciar a puestos con más responsabilidad, comer más rápido para salir antes, o simplemente hacer menos horas extra. Si nada de esto es factible en tu empresa, siempre puedes buscar otras que ofrezcan un buen equilibrio personal como argumento de atracción de talento. Conozco una en la que se incentiva que las personas puedan tomar excedencias para proyectos personales, ocio, estudios, etc. Y sus empleados no van a ser tentados fácilmente a base de dinero por sus competidores.
Trabaja más y antes, y prejubílate joven
Al contrario que la propuesta anterior, busca un trabajo muy bien pagado (deportista de élite, broker, ingeniero en una plataforma petrolífera, etc.), paga el precio para conseguirlo (trabajar 60h cada semana y renunciar a todo lo cómodo o placentero), gana y ahorra en 15 años lo que la mayoría de personas gana en 50, inviértelo con sabiduría, y vive de ello la segunda parte de tu vida. Lamentablemente para los que ya tenemos una edad y una trayectoria, esta opción es menos factible, pero puede ser válida para gente joven y ambiciosa.
Ahorra, invierte, y vive de ingresos pasivos
Aunque ganes cada vez más y progreses profesionalmente, la trampa del sistema es que te tienta para subir siempre tu nivel de gastos. Tengo un amigo que se dio cuenta hace tiempo de ello, y tomó decisiones: Vivió durante 20 años de forma muy austera, ahorrando la mayor parte de sus ingresos e invirtiéndolos en propiedades inmobiliarias. Ahora por fin puede vivir de ingresos pasivos y ha dejado un trabajo que le disgustaba, y se dedica a alquilar y gestionar sus propiedades.
Hazte tu propio jefe
Ser autónomo o empresario cada vez tiene más desventajas y está más perseguido, pero la libertad de poder organizar tus horarios y vacaciones es impagable. En mi caso, haber pasado tiempo con mis hijos en su infancia y tener dos meses de vacaciones (no pagadas) cada año es algo que compensa con creces haber renunciado a carreras y puestos muy bien pagados. Además, no tener que aguantar a malos jefes (sólo a clientes más o menos complicados, pero a los que puedo decir que no) es otro aliciente. Por otra parte, como dice Thomas Sowell, no hay soluciones perfectas, sólo compromisos. Muchas personas no están hechas para la incertidumbre permanente, puntas de trabajo brutal, responsabilidad, estrés, y otras muchas desventajas del trabajo por cuenta propia. Cada opción tiene sus ventajas e inconvenientes.
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