Viaje al cerebro de los líderes

Uno de los artículos más científicos sobre liderazgo que he leido ultimamente (para variar). Algunas conclusiones que me resultan interesantes:

– En los líderes se valora el carisma, la autoconfianza, la impulsividad y la resolución de problemas. Pero llevados al extremo, estos rasgos pueden dar lugar a un liderazgo dictatorial, sordo a las críticas y ciego a las consecuencias de sus decisiones.

– ¿No es para tanto? El 49%) de los presidentes de los EE.UU. entre 1776 y 1974 sufrían algún tipo de trastorno mental: el 24% sufría de depresión, el 8% de trastorno bipolar y otro 8% de alcoholismo.

– Hay genes relacionados con el ejercicio del poder, pero más del 75% del liderazgo se aprende.

– El ejercicio del poder puede llegar a modificar el cerebro del que manda, sus emociones, empatía y relación con los otros (esto ya lo sabía Tolkien 😉

– Muchas especies animales viven en grupos porque eso supone una ventaja evolutiva, además la posibilidad de supervivencia se ve notablemente incrementada cuando se cuenta con individuos que ejercen un liderazgo.

– El ser humano tiende a identificarse con un grupo (tribu, ideología, equipo de futbol, nacionalidad, etc.) en contra de otros. Rapidamente aprendemos el «ellos» contra «nosotros». En ello están implicadas, además de la amígdala, la corteza prefrontal medial, el surco temporal superior derecho y la corteza occipital medial. Estas áreas se activan en presencia de personas de nuestro grupo, lo que nos proporciona una sensación subjetivamente agradable.

– Los líderes contribuyen, con el ejercicio del poder, a mantener la cohesión, acentuando las similitudes entre sus miembros y las diferencias con los que no lo son. Esto, mal entendido, puede derivar en el group thinking y en la creación de facciones.

Para más detalles aquí está el artículo completo.

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