Otra entrevista de nuestra serie con expertos en liderazgo, personas y empresas.
En esta ocasión abordamos quizás el tipo de proyectos más satisfactorios y complejos en la carrera de un profesional de RRHH, ya sea en línea o en consultoría: ¿Cómo transformar la cultura de liderazgo de grandes organizaciones?
Ovidio Peñalver, de Isavia, nos comentará su experiencia y recomendaciones al respecto.
Recientemente tuve la oportunidad de conversar en privado con varios directores de RRHH de empresas muy importantes sobre el teletrabajo, la situación actual en las empresas y el presente y futuro de los RRHH.
He aquí el resumen de algunas de las ideas que surgieron:
La actual situación está provocando un cambio sin precedentes en el funcionamiento interno de las empresas: reorganización y optimización de espacios físicos, de estructuras y personas, de procesos, de modelos de gestión…
El teletrabajo ha demostrado una gran utilidad. Quien era vago, sigue siendo vago, pero el 95% de las personas están demostrando una productividad y compromiso por encima de lo exigible.
Aunque el teletrabajo ha sido una solución muy útil y apreciada por algunos, hay una doble necesidad de volver a la presencialidad. Por un lado, los seres humanos necesitamos el contacto social, relacionarnos, vincularnos y comprometernos con un equipo, etc. Por otro lado, la presencia es necesaria para facilitar la transmisión de información y cultura, la coordinación entre personas y departamentos, el aprendizaje, integración y fidelización de los empleados, etc.
En estos momentos las empresas están abordando la vuelta al trabajo presencial con diferentes modelos, la mayoría híbridos. Se trata de buscar una flexibilidad organizada que sea operativa para las necesidades actuales y futuras.
Parece claro que en el futuro, incluso sin pandemia, el modelo será híbrido, combinando presencia con teletrabajo. Habrá que explorar cuáles son las reglas y criterios que permitan que este modelo híbrido funcione.
Tras los ajustes, EREs, ERTEs… ¿Qué hacer con los que se quedan y con los que entran o vuelven? ¿Cómo volver a ilusionar y motivar a las personas?
Es necesario mejorar la comunicación entre RRHH y las personas. No se trata de aburrir con mensajes insistentes, sino de aprovechar la ocasión para preguntar, escuchar, clarificar, fomentar el uso de herramientas como el portal del empleado, etc.
Los managers (además de los problemas tecnológicos, el marco legal, las posturas inflexibles en las negociaciones colectivas, etc.) pueden ser un gran freno al cambio que permita modelos de liderazgo y trabajo más flexibles y remotos. Muchos managers tienen dificultades para liderar en remoto.
Los empleados también necesitan habilidades y herramientas de auto-organización, gestión del tiempo, comunicación, habilidades digitales, etc. para poder trabajar de forma productiva, frente a la avalancha de mails y videoconferencias que no siempre son productivas. Hay que darles estas herramientas y capacidades, no sólo por una necesidad operativa sino para desarrollar y fidelizar el talento.
El marco legal es muy incierto, va por detrás de los acontecimientos y no siempre favorece los fines que dice perseguir. Hay una gran incertidumbre sobre los costes y obligaciones que tiene el teletrabajo para las empresas.
Las mutuas y empresas podrían ayudar mucho con las vacunas, pero no se les permite. Las aproximaciones desde el gobierno no están siendo las deseables en cantidad y calidad, y estamos perdiendo una gran oportunidad de potenciar la vacunación.
Hay que aprovechar la situación de excepcionalidad para impulsar desde RRHH cambios y mejoras en las empresas. El reto se puede convertir en una oportunidad.
Tras un año de teletrabajo y restricciones, todos tenemos ganas de realizar actividades en la naturaleza que nos permitan volver a respirar aire puro, recuperar la conexión y cohesión con compañeros y amigos, y aprender habilidades mediante experiencias memorables.
Por eso, hemos organizado una nueva aventura para crecer: Marinos de agua dulce. En ella, nos introduciremos al arte de la vela ligera y disfrutaremos de una jornada especial en uno de los lugares más bellos y naturales de la Sierra Norte de Madrid.
Pero también aprenderemos habilidades útiles en entornos profesionales: adaptarnos a entornos nuevos y cambiantes, trabajar en equipo, compartir información, liderar al equipo, fijar un rumbo y aprovechar los vientos desfavorables para avanzar en la dirección deseada, planificar, tomar decisiones, etc.
Todo ello muy cerca de Madrid, a un coste muy razonable, y con todas las medidas de seguridady salud necesarias.
La historia de la pirata Zheng Shih es tan extraordinaria como desconocida.
¿Cómo pudo una joven y pobre prostituta llegar a convertirse en la pirata más exitosa de la historia? ¿Cómo llegó a comandar a 70000 piratas y poner en jaque al imperio chino?
¿Cómo pudo conseguir, ejercer y mantener el poder contra toda probabilidad y en un entorno tan machista y violento? ¿Qué diferencia hay entre jerarquías meritocráticas y el dominio basado en la violencia? ¿Qué diferencia a las mafias de los estados «legítimos»?
¿Cómo pudo liderar eficazmente en remoto a una flota enorme y dispersa? ¿Qué mecanismos de coordinación e influencia usaba?
¿Qué podemos aprender en positivo de organizaciones y personas terribles pero exitosas? ¿Qué podemos aprender para nuestras empresas hoy en día?
Para encontrar respuestas, hemos investigado la leyenda y la historia, y las hemos combinado con aportaciones de economía, antropología, sociología, psicología evolutiva y organización de empresas. Así hemos desarrollado una nueva historia inspiradora en formato taller-conferencia.
Viajaremos 300 años atrás en el tiempo y al otro lado del mundo, descubriremos la apasionante y terrible historia de la piratería china, de Zheng Shih, y aprenderemos de su poder y liderazgo.
Si quieres conocer la realidad y leyenda de Zheng Shih, estamos a tu disposición en info@revitalent.com
Actualización: Estamos ensayando esta conferencia en privado, en dos viernes en el Club Da Vinci, y disfrutando enormemente con la experiencia. 🙂
También estamos desarrollando otra historia y juego de rol sobre los piratas del Caribe, y todo lo que podemos aprender de ellos como organizaciones innovadoras en entornos hostiles, pero eso lo contaremos otro día.
En otros artículos ya hemos hablado sobre los piratas:
Tengo malas noticias: Debes 28000€ de deuda pública. Y tus hijos también, cada uno. No tendrás una pensión ni remotamente correspondiente a los años y dinero que has cotizado a la SS. No estaremos vacunados hasta el año que viene. Hay 100000 conciudadanos que ya nunca podrán vacunarse. Si tienes un conflicto con un delincuente lo más probable es que tú seas el perjudicado. Si caes enfermo puedes esperar meses a ser atendido. Si quieres montar una empresa encontrarás todo tipo de trabas e impuestos. Si quieres desplazarte pagarás impuestos por comprar, usar, circular o no circular con tu coche. Pero lo que no falta es gasto público, políticos, instituciones, empleados públicos, leyes y prohibiciones, liberados sindicales, etc. El estado cada vez es más fuerte, la nación cada vez más débil.
Puede que rechaces esta idea sin considerarla siquiera; al fin y al cabo choca con nuestras creencias más asentadas. Desde niños, se nos transmite (se da por supuesto, forma parte de las creencias colectivas que nunca cuestionamos, no lo vemos porque es parte de nuestro marco mental) que las autoridades y el estado están ahí para cuidarnos. Y que por eso tenemos que obedecerles y pagar impuestos.
Los colegios y universidades, los medios de comunicación masivos, los partidos políticos, y todo el establishment nos inoculan ideas aparentemente inocentes y benéficas (son ellos quienes viven de que nosotros las creamos) sobre el estado. Se utilizan palabras buenistas sobre el estado del bienestar, lo social, la solidaridad, etc. Se distorsiona la analogía del padre protector extendiéndola a lo público, y cuando hay casos escandalosos de abuso (o sea, a menudo) siempre hay alguna excusa o cabeza de turco, pero manteniendo el mismo sistema.
¿Y si fuera al revés? ¿Y si el estado existiera para ostentar el poder y extraer recursos a los ciudadanos y, como medio y excusa para poder seguir haciéndolo de manera más eficiente y a largo plazo, nos protege en cierta medida? De la misma forma que el pastor protege a sus ovejas, por interés propio.
¿Qué diferencia a organizaciones como el «estado islámico» o las mafias de los gobiernos «legítimos»? En ambos casos hay un uso organizado de la fuerza, un mantenimiento del orden y una protección a la población para seguir extrayéndoles recursos coactivamente. De hecho, los estados han matado a muchos más ciudadanos que cualquier organización criminal.
Juan Ramón Rallo explica de forma muy didáctica una perspectiva libertaria sobre el origen y verdaderas intenciones del estado.
Sobre este tema, recomendamos el libro Power And Prosperity: Outgrowing Communist And Capitalist Dictatorships de Marcus Olson. Una reseña:
«Why do some economies do better than others? How does society encourage the kind of market economy that generates continually increasing incomes? How do particular styles of government affect economic performance? World-renowned economist Mancur Olson tackles these questions and others in what will surely be regarded as his magnum opus. Olson contends that governments can play an essential role in the development of markets. Reliable enforcement of private contracts and protection of individual rights to property depend on governments strong enough not to undermine them. His exploration of «market-augmenting governments» will stand as a cutting-edge work on economic growth and provide a useful framework in which to consider the Asian financial crisis and its aftermath.»
Estos debates son realmente complejos e interesantes. Podríamos y deberíamos hablar de forma constructiva sobre si es posible o no vivir sin estados, si es sostenible frente a otros estados u organizaciones mafiosas, cuáles son las funciones mínimas y máximas que un estado debe cumplir, cómo los ciudadanos pueden controlar al estado (si es que es posible), etc. Francamente, creo que entre libertarios, liberales, conservadores, socialdemócratas y gente que piensa en general sería bueno tener conversaciones razonadas.
Personalmente, rechazo la coerción intrínseca a estados y mafias y el crecimiento cancerígeno propio de cualquier estructura estatal, aunque entiendo su necesidad para ciertas cuestiones y tampoco caigo en la utopía anarquista. Tras darle muchas vueltas, a día de hoy, soy partidario de un estado minarquista, por motivos complejos que ya contaré en otra ocasión.
También recomendamos otro post anterior, no apto para mansos u ofendiditos: