Influencias inconscientes que sabotean tus decisiones racionales

¿Crees que eres dueño de tu propia voluntad? ¿Planeas ir al gimnasio y luego no lo haces? ¿Dejas de fumar… varias veces al día? ¿Te propones dejar un mal hábito pero él no te deja? ¿Quieres hacer algo distinto pero al final no te atreves?

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Nuestro paradigma de la mente humana como un ente monolítico, homogéneo y racional se ve cada vez más desmentido por los hechos. En realidad más bien somos una coalición dinámica de pequeños programas motivacionales, cada uno de los cuales lucha para imponer su satisfacción. No hace falta tener un transtorno psiquiátrico de personalidad múltiple para tener estas incoherencias internas que tanto nos frustran. Y basta con algunos estímulos inconscientes externos para manipular nuestra toma de decisiones «racional».

Interesante artículo al respecto en yorokubu. Algunas ideas:

  • Jueces (im)parciales: Se supone que los jueces y el sistema judicial están preparados para maximizar la objetividad y el trato justo, en función de los hechos demostrados en el juicio. Sin embargo, los tribunales fallaban a favor de los acusados un 65% más cuando estaban despejados y recién alimentados: ya fuera al comienzo del día o tras el almuerzo. Los datos resultaban preocupantes porque demostraban que los derechos de una persona no están salvaguardados por una justicia libre de sesgos psicológicos.
  • Comprar un coche y pedir un empleo: Un equipo de las universidades de Harvard y Yale llegó a la conclusión de que, en una situación de negociación y decisión, los objetos que nos rodean, la comodidad de las sillas o las mesas (en definitiva, el escenario táctil) pueden modificar el estado anímico de los intervinientes e influir en los resultados finales. Descubrieron cómo, en el escenario de una negociación por el precio de un coche, quienes se acomodaban en sillas blandas cedían más y aparentaban mayor debilidad que los individuos sentados en sillas más rígidas y duras, de actitud más agresiva y egoísta. De igual modo, la envoltura de un currículum puede determinar la percepción del empleador. Los candidatos que presentaban su currículo en una carpeta dura y más pesada eran vistos como mejor cualificados. 
  • Cuidado con el zumo: Los sabores influyen en los niveles de temeridad o prevención que mueven nuestras decisiones. La universidad británica de Sussex comprobó en 2018 que los gustos ácidos multiplican el arrojo para asumir riesgos en quienes los consumen.
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