¿Alguna vez has visto que tu jefe, profesor, organización o sociedad corta la cabeza a quien se atreve a asomarla? Entonces te recomiendo esta narración del síndrome de Procusto, el hijo de Poseidón que cortaba a quien no encajaba en su cama.
Partiendo del terrible mito griego, Fabián Barrio hace una reflexión sobre:
- Jefes que limitan el talento de empleados brillantes
- Empresas y organizaciones que premian al conforme y castigan al original
- Intolerantes que cuestionan la realidad cuando no coincide con su marco mental
- Sociedades que fomentan la mediocridad y la corrección política.
Vamos, que el mito griego una vez más está de plena actualidad. 😉
En términos prácticos ¿Qué podemos hacer ante los «Procustos» que nos encontramos en nuestro día a día? He aquí algún consejo:
Si te gusta, seguro que también lo hará este otro video-post anterior:
La estupidez, cómo reconocerla y qué hacer con ella
O estos otros posts: