La gran decadencia: desde 2007 España pierde 811.000 trabajadores privados para ganar 560.000 públicos y triplicar su deuda

Mientras los medios de infoxicación dedican horas y horas a «problemas» irrelevantes no se habla de lo importante. Por ejemplo no he visto en los medios apenas tiempo o espacio a hablar de la decadencia económica de España.

Como excepción, en este artículo de Diego Sánchez de la Cruz en Libre Mercado se dan unos datos escalofriantes. Resumo algunos datos, completo otros y recomiendo su lectura completa.

Si se evalúan los rankings de renta que elabora la agencia estadística comunitaria Eurostat, los niveles observados en España ya son inferiores a los que se registran países como Polonia, Rumanía, Eslovenia, Lituania o Chipre. A este múltiple «sorpasso» hay que sumarle el hecho de que la nuestra ya ha sido la economía más rezagada de la OCDE entre 2019 y 2023, con la mayor caída del PIB y el mayor desplome del poder adquisitivo.

Entre 2007 y 2022, hay 811.000 ocupados menos en el ámbito de la empresa y el trabajo autónomo. Durante el mismo periodo, España ha vivido un fuerte incremento del empleo ofrecido por el sector público, concretamente 557.000 empleados públicos más.

Un tercio de la población (el sector privado) tiene que mantener con su trabajo a los dos tercios restantes.

Y todo sucede, además, con cargo a las generaciones futuras, puesto que la deuda pública ha escalado del 40% al 115% del PIB durante el periodo analizado, de modo que el modelo intervencionista que ha terminado por imponerse ni siquiera es sostenible financieramente hablando.

En definitiva, España se ha convertido en un país en el que cada vez menos trabajadores privados tenemos que pagar más impuestos para soportar a más personas dependientes del estado, perdemos poder adquisitivo, tenemos menos libertades, endeudamos a las futuras generaciones para seguir batiendo records de gasto público, espantamos a las multinacionales que se van a otros países con mayor seguridad jurídica y mejores condiciones, masacramos a los autónomos y empleados privados, etc.

Claro que tampoco nos sorprende ni es un fenómeno únicamente nacional. Nos acercamos paso a paso pero de forma inequívoca a países como Argentina o Venezuela, quienes ya recorrieron el mismo camino hace décadas. Hace años que venimos advirtiendo: la disminución de las libertades personales y económicas siempre genera malos resultados, tanto económicos como sociales. Se puede ver por ejemplo en estos posts:

Capitalismo y desarrollo humano

España es el destino más deseado del mundo por los nómadas digitales (a pesar de las políticas públicas hostiles al emprendimiento)

El (preocupante) mapa del talento en España y la solución Estonia

Aclaro que este no es un post político, y que me dan igual unos u otros. Al final todos van en la misma dirección, más o menos deprisa. Lo que critico es un sistema social y político mal diseñado, con unos incentivos perversos y que fomenta la irresponsabilidad tanto de gobernantes como de gobernados.

Después de lo visto en los últimos años no tengo ninguna esperanza en que la metástasis social pueda remitir por sí misma. Lo que me sorprende es lo que es capaz de aguantar la gente que se da cuenta de la situación pero no sabe cómo cambiarla. Y también la inconsciencia de los que siguen de fiesta en el Titanic, animando al capitán a embestir contra los témpanos.

A menudo me pregunto qué pensaría y qué debería hacer un romano del siglo IV o V, viendo su civilización decaer poco a poco pero sin remedio. ¿Debería emigrar a tierras bárbaras, apuntarse al pan y circo y olvidarse de todo, clamar en la plaza pública para despertar a sus conciudadanos? ¿Qué opináis?

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