¿Qué dice tu hogar sobre tí?

Hace unos meses estaba en casa de una buena amiga. Una casa grande, bien amueblada, acogedora, un chalet en las afueras que muchos querríamos.

Una cosa que me llamó la atención es que la casa estaba llena de objetos. No es que estuviera todo desordenado (como en casa de algún familiar que no voy a mencionar sin presencia de mi abogado ;-). Y cada objeto era bello o interesante. Lo que pasaba es que tras años de decorar y vivir allí con varios hijos quedaban pocas superficies libres.

Después, al reflexionar, me di cuenta de que la casa era el reflejo del estado de mi amiga. Es una mujer maravillosa, bella, inteligente, con mil cosas en la cabeza. Tiene mucho trabajo, varios hijos que ya se están yendo de casa, varias mascotas. Y entre tanta actividad, seres y cosas con las que ha llenado su vida, apenas había dejado tiempo y espacio para sí misma.

Estos últimos meses está haciendo su reflexión interna. Ahora está en un proceso de separación de su marido tras 20 años juntos. Además está haciendo reformas, moviendo muebles, pintando, etc. Y tiene planes de venderla y cambiarse. Quiere cosas nuevas en su vida, y tras mucho debate interno, se da cuenta de que para ello es necesario vaciarla de otras viejas. Cosas buenas, que en su momento aportaron algo positivo, pero que representan la falta de espacio para lo nuevo. ¡Es una valiente!

Otra amiga tenía su bolso lleno de mil cosas, y cuando se sentaba en una silla siempre se rodeaba de una botella de agua, un móvil, el bolso, etc. Desde fuera parecía aprisionada. ¿Por qué necesitaba tener tantos objetos y tan cerca? Con el tiempo y su desarrollo personal se liberó de sus posesiones, que la anclaban a una vida que se le había quedado pequeña.

Lo que yo me pregunto es: ¿Qué dicen nuestra casa y nuestras posesiones de nosotros? Si alguien entrara en mi casa ¿qué pensaría de mi (para bien y para mal, no seamos autocomplacientes)? ¿Poseemos a nuestros objetos o ellos nos poseen y nos apegan a partes de nuestras vidas que ya no tienen sentido? También podríamos extender la reflexión a los seres vivos alrededor ¿qué refleja de uno mismo un perro, un hijo, un grupo de amigos…?

A raíz de mis procesos de coaching, me doy cuenta de cuánto dicen de alguien sus posesiones, y de qué difícil nos resulta a nivel emocional el liberarnos de ellas. Ya sea cuando decimos que alguna vez cambiaremos de casa, de mobiliario, de ropa, de esa moto que apenas usamos y que siempre quisimos restaurar (ejem)…

¿Cuánto pesa tu vida? ¿Podrías quedarte sólo con lo que cabe una mochila y ser feliz con ello?

El ser humano influye en su entorno, pero también al revés. Si yo vivo en un sitio oscuro y cerrado o en uno luminoso, si me tropiezo con los objetos que dejo tirados o si cada objeto tiene que estar colocada al milímetro, todo ello dice cosas de mi y también me influye.

A menudo cuando un cliente de coaching está atascado le propongo que limpie el trastero, que despeje su mesa de trabajo, que cambie de casa, o aunque solo sea de sofá. Es espectacular cómo un cambio simbólico desencadena otros cambios en la vida de esta persona.

Una última pregunta provocadora, por si te sirve de algo ¿Qué podrías cambiar en tu entorno ya mismo para sentirte más libre o avanzar hacia tus objetivos (aunque te dé pereza o miedo)?

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