¿Trabajas para vivir, vives para trabajar… o trabajas para morir?

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Impactante entrevista en la BBC a uno de mis autores favoritos, Jeffrey Pfeffer, sobre un tema del que todos somos conscientes pero nadie quiere abordar: las consecuencias para la salud y la productividad del exceso de trabajo. Ha presentado el libro «muriendo por un salario / dying for a paycheck»

En él relata el caso de Kenji Hamada, un hombre de 42 años que murió de un ataque al corazón en su escritorio en Tokio. Trabajaba 75 horas a la semana y demoraba cerca de dos horas en llegar a la oficina. Justo antes de su muerte, había trabajado 40 días seguidos sin parar y su viuda declaró que Kenji estaba excesivamente estresado.

Este fenómeno se extiende y ya tiene un nombre en japonés: Karoshi. Aquí otro artículo al respecto.Resultado de imagen de karoshi

Esto no pasa sólo en Japón. Ultimamente varios amigos y clientes me han dicho frases como estas: «estoy enfermo pero mañana tengo que ir a trabajar sí o sí», «ya ni siquiera en los fines de semana me llega para ponerme al día de mails», «en el gimnasio, entre serie y serie, consulto el teléfono por si tengo un mail o llamada urgente», etc. Les dedico este post con cariño y preocupación.

Pfeffer no es sospechoso de «pájaros y flores». Es un investigador y profesor muy reputado en Stanford, autor de libros sobre empresa, poder, liderazgo basado en hechos, etc. Siempre busca datos sólidos para respaldar sus ideas, evitando las modas superficiales tan frecuentes en nuestro campo.

Algunos extractos:

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  • El 61% de los empleados considera que el estrés los ha enfermado y el 7% asegura haber sido hospitalizado por causas relacionadas con el trabajo.
  • El estrés está relacionado con la muerte anual de 120.000 trabajadores estadounidenses.
  • Y desde un punto de vista económico, destaca el académico, el estrés tiene un costo para los empleadores de más de US$300.000 millones al año en ese país.
  • Si piensas en los años 50 o los 60, los directivos decían que era necesario equilibrar los intereses de los empleados, los clientes, los accionistas. Ahora todo está centrado en los accionistas.
  • Nadie argumenta que los datos no son correctos, porque los datos son bastante abrumadores. Pero esto es como el juego de la «papa caliente»: la gente ve el problema, pero nadie quiere hacerse cargo.
  • Sabemos que la gente estresada tiene una mayor probabilidad de renunciar. Sabemos que los empleados enfermos -psicológica o físicamente enfermos- son menos productivos. Sabemos, por estudios realizados en Estados Unidos y en el Reino Unido, que sobre el 50% de todos los días laborales perdidos por ausentismo están relacionados con el estrés laboral.
  • Es muy caro tener trabajadores enfermos o empleados que van a trabajar, pero con bajo rendimiento. Esto le cuesta a las empresas una fortuna.Resultado de imagen de karoshi
  • Los empleados tienen que asumir la responsabilidad de cuidar su propia salud. Si vas a trabajar a un lugar donde no te permiten equilibrar tu vida laboral y tu vida familiar, tienes que irte.
  • Lo otro es que la gente tiene que presionar para que existan leyes y actuar colectivamente para protegerse, porque también hay costos para la sociedad.

Recomiendo también otro post para quienes no les da la vida «estoy muy liado«.

Y tú, querido amigo, ¿eliges la «deadline» o la «lifeline»?

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